No me considero mala persona, de verdad. Nunca me lo he considerado. Tengo mis errores como todo el mundo, quizá algunos gordos, quizá no. Soy coketa desde pequeña. Cuido lo que quiero hasta que ya no puedo más. Soy una persona que puede llegar a estirar mucho un chicle sin romperlo, pero cuando el chicle te lo rompen... Siempre me ha gustado el pelo moreno pero nunca me he atrevido con el. He vuelto a mis origenes y no pienso disculparme de algo que no considero que haya sido culpa mía. Intento pensar lo menos posible, asique deja de agobiarme. Lo más importante es echarle tierra al fuego. Pienso que puedo llegar a decepcionar tanto como a gustar, y que valgo más de lo que la mitad me lo reconocen. Siento que demasiadas pocas personas me aceptan de verdad y vivo con el miedo de perderlas cuando se que puedo llegar a ser demasiado diferente a la forma de ver de una vida general. Me gusta tanto lo hortera como el negro y me muero por mi guitarra. A mis 18 años a veces me siento tan perdida que por no ser pesada dudo donde agarrarme. Voy dando tumbos y me tropiezo, aunque sigo pensando que soy una genia, aunque muy poca gente quiera verlo. Puedo llegar a ser la mejor y puedo llegar a ser la peor si me tientas. Quiero un perrito para poder rayarme agusto a las 5 de la mañana y no escribirlo aqui, porque se lo contare mientras duerme. Me han estrujado las entrañas hasta dejarme sin jugo, me he sentido pisoteada, decepcionada, tirada... y aqui estoy. Me levanto por las cuatro personas que de verdad creen en mi. Soy consciente de que me valoro poco pero tengo mis razones, y esque en 18 años he conocido a tanta gente que solo me quedaba con las 4 personas porque el resto son las que hacen que yo me infravalore. Sé que las mujeres somos raritas. Pero que haríais sin nosotras.